No hay mucho que contar, sólo que la idea de este espacio es poder demostrar que ya no existen los grandes valores literarios en este mundo, y en su lugar quedamos los amateurs aficionados al whisky y la música de los '70 y los '80 que tratamos de escribir para liberarnos de los pensamientos pasajeros.

martes, 14 de abril de 2009

Destellos y soledad

Es el camino oscuro del placer el que recorro mientras pienso en los inviernos que pasaron. Es la imaginación que vuela y alcanza el éxtasis cuando sale en busca de un recuerdo. Es la luz que atraviesa la habitación mientras se cierran las paredes y el venenoso rasguido del dolor se apodera de la vulnerabilidad de mi corazón.
Acongojado entre la brisa de un otoño gris, atravieso los valles frondosos de la soledad, donde la tristeza se alza por sobre la celeste inmensidad del cielo. Un suspiro se escapa de mi boca y se va lejos, a golpear las rocas junto al mar. Es en ese instante donde los pensamientos se liberan y sólo queda el sonido del viento. Es el tono de tu risa que resuena en vano.
Me entrego a la vida y al triste destino que le repara a las mentes solitarias, sumergido en un estado de tormento. No oigo lo que me decís, no consigo discernir la veracidad de tus palabras. Cómo saber que no se trata de vocablos mentirosos que sólo buscan lastimar todo lo que conozco. Cuándo voy a entender que mi cabeza viajó hace mucho por las sábanas cálidas de tus labios y la fortaleza de mi ser se desmoronó en un simple lamento de adiós. Quiero dejar todo atrás y huir de estas tierras infames.
Las pérfidas manos de la angustia me alcanzan en un trueno luminoso. La lluvia que cae ahora sobre mis pies trae cenizas espesas de una memoria abatida. El estallido se escucha lejos y no puedo alcanzarlo. Las barrancas donde antes solía contemplar los horizontes y amaneceres son corroídas por el tiempo, asesino frugal pero exacto. No puedo dar el salto al vacío pero tampoco consigo evitar caer en él. La soledad -cruel compañera de corazones sangrientos- es inevitable y a la vez austera.Tu sonrisa se asoma en mi mente y abraza mi pena. Por un instante la nostalgia se esfuma y queda ese abrazo, esa mirada cómplice que busca mis pupilas distantes. El calor de tu rostro alivia mis penurias y las lleva allá lejos, donde se oculta el sol. Comprendo que la vida es más que sólo un momento, y que caminar por las rutas del destino se hace más fácil si te tengo conmigo. La amistad es el efímero destello de felicidad al que estamos sometidos antes de convertirnos en polvo.

D.S.

2 comentarios:

  1. Como ya te dije en alguna oportunidad, esta muy copado lo que escribis. Es una buena forma también de hacer catarsis jeje.

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  2. Aplausos, solo aplausos!! Ya se lo he dicho muchas veces Don Diego, usted es un groso en esto... Cuando yo sea grande quiero escribir como usted!! Lo quiero mucho! Realmente mucho!
    Un beso enorme!

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