No hay mucho que contar, sólo que la idea de este espacio es poder demostrar que ya no existen los grandes valores literarios en este mundo, y en su lugar quedamos los amateurs aficionados al whisky y la música de los '70 y los '80 que tratamos de escribir para liberarnos de los pensamientos pasajeros.

miércoles, 6 de mayo de 2009


El viaje
He de partir hacia un lugar desconocido y la incógnita se posa en un horizonte distante. Sin más equipaje que mis pecados y penurias emprendo viaje y no miro atrás. Ya no tengo miedo de lo que pueda ocurrir, me dejo llevar por el deseo de recorrer los caminos interminables del fin. Cierro los ojos y siento la brisa golpear justo en mi cara. Desandando rutas de esta inescrupulosa vida me encuentro ahora, luego de recibir el cálido abrazo del destino que me invitó a merodearla.
En el camino que se asoma a la distancia me espera un futuro incierto y traicionero, pero avanzo sin vacilar sobre las rocas maltrechas y corroídas por el tiempo. Me encuentro a mi mismo cansado. Una parte de mi ser me ruega que me detenga, pero mis pies continúan viajando como si se dirigieran a un paraíso oculto.
Un penetrante frío me azota de repente. El invierno de mi vida se acerca. Con él, los apesadumbrados brazos del dolor me rodean esperando mi rendición. Los oscuros labios de la nostalgia me alcanzan en un instante. Son dulces e invitan a la tentación. Los probé alguna vez y me hice adicto a ellos. Quiero escapar pero algo me detiene. Voy a pie, a paso lento, recorriendo con cautela los trayectos de mi mente y contemplando los rincones más recónditos de la conciencia. Me cruzo con algún recuerdo de mi pasado y la memoria juega conmigo: veo tardes amparadas en la felicidad de las amistades preservadas con el tiempo. Una sonrisa se dibuja en mi rostro, pensando en esos momentos que quedaron inmortalizados en mi piel. Comprendo que dentro de esta gran y extraña ilusión que es la vida hay pasajes de felicidad, que te alisan el sinuoso camino que cuesta vivirla. Las lágrimas se desprenden ahora de mis ojos apreciando la belleza del destino crepuscular. Recorren mis mejillas buscando el suelo. Escucho el plácido canto del viento que me alza y me lleva a cabalgar con las estrellas. El cielo está llorando. Y yo nunca volveré.

1 comentario:

  1. Te dejo esta frase, vos sabras entender:

    "When the priest comes to read me the last rights, i take a look through the bars at last sights of a world that has gone very wrong to me"

    Kala

    http://quintaesenciatechnicolor.blogspot.com/

    ResponderEliminar